Hoy despido a un amigo.
Fuiste pionero en tu trabajo, hiciste lo que nadie hacía, abriste un camino que no existía. Siempre con una sonrisa y un comentario agradable.
Te voy a echar en falta. Voy a echar en falta tus largas conversaciones, tus divagaciones sobre lo humano y lo divino, tu análisis sobre Venezuela, tu concepto de la Cultura, tu manera de empaquetar la música, tu dosis de realidad y tu dosis de soñador.
Gracias Juan, no te olvidaré. Sólo me queda el consuelo de haber podido decirte las dos cosas que tenía que decirte la última vez que te ví: 1) que para mí siempre fuiste una persona inspiradora, y 2)GRACIAS.
Hasta siempre, Juan.