Resucito la aventura de mi moto, escrita en 2013, porque me he dado cuenta que hay una cosa que no ha sido contada.
Antes de nada, si no sabes de qué estoy hablando, te sugiero que comiences el relato desde su principio en Los mecánicos que no amaban a las motocicletas (PartI).
Aunque, en la sexta y última parte escrita hasta ahora, incluí ya un epílogo, en el que decía que en un nuevo taller me repararon el error en tres días, no es totalmente cierto. Hoy lo se.