Parte de Bilbao, hacia Balmaseda. Pasa por el Valle de Mena hacia Espinosa de los Monteros, Parque de Ojo Guareña, Soncillo, Embalse del Ebro ya en tierras cántabras.
De ahí el trazado nos lleva hacia tierras de la montaña palentina: Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga y Guardo. La siguiente provincia es León.
PROS Y CONTRAS DEL CAMINO OLVIDADO (Mis opiniones)
En el aspecto positivo:
Tranquilidad. Vas a viajar solo. No hay aglomeraciones de ningún tipo. Te vas a sentir un peregrino de verdad y no uno más de una multitud.
Descubrir parajes desconocidos. Esta ruta pasa por lugares que son poco conocidos o frecuentados. Yo no conocía muchos de los lugares por los que pasé. En general, de gran belleza.
Gente hospitalaria. La gente que vive en los pueblos por los que pasa el no está «aburrida» de ver pasar peregrinos como en el camino francés. Te hablan con amabilidad y resultan muy hospitalarios.
En contra:
ALBERGUES ETC… Lógicamente, hay mucha menos infraestructura. De albergues va muy justito. En muchos lugares no hay, y en muchos pueblos ni siquiera hay alternativa hotel, hostal, casa rural…
Señalización pobre. Conste que tampoco me gusta la sobre-señalización que hay en muchos puntos del Camino Francés, pero en el Olvidado, en algunos lugares hay poca señalización. Llevar un track del camino lo veo casi indispensable.
De todas maneras, yo lo prefiero al Camino Francés que, en mi opinión, empieza a estar muy saturado.
Os dejo aquí los videos de este año del Camino Olvidado. Etapa que he realizado entre Guardo y Cistierna. 42 km de bonitos paisajes y pueblos. En años anteriores había ya cubierto las etapas entre Bilbao y Arija, y entre Aguilar de Campoo y Guardo.
Disfruto muchísimo del Camino Olvidado. Me encanta la tranquilidad de esos campos, los pequeños pueblos. Todos los años me escapo unos días para descubrir partes del camino.
Sinceramente, al Camino Francés ya no se puede ir. La última vez, me sorprendió que te repartieran publicidad de un Albergue, o de un restaurante, a la entrada de un … Leer más
Ahora que el curso está por concluir y que el buen tiempo empieza a asomar, tengo ganas de sacar la mochila e irme a andar, y andar, y andar…
Recientemente he visto que promocionan el camino olvidado a Santiago. Creo que me voy a animar a hacerlo.
El camino «frances» empieza a estar impracticable por la cantidad de gente que acude. Empieza a ser agobiante. Además, de alguna manera, el camino empieza a «morir de éxito» en mi opinión. En torno a la gran cantidad de peregrinos que hacen el camino se ha desarrollado una verdadera industria del camino. Es tal la actividad económica que mueve, que ha alterado seriamente la fisonomía de los pueblos por donde pasa. Ya no tiene el interés del pueblo genuino. Ya todo es publicidad para el peregrino y servicios. Pronto los camareros de los restaurantes saldrán a la calle para engancharte a su «menu del peregrino». Una pena.
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