Hay algo en el tema de los coros que no funciona.
Tengo la impresión de que nos empeñamos en mantener modelos de actividad que ya no tienen sentido.
Concierto típico:
Iglesia, sábado por la tarde. Normalmente tras la misa del pueblo. Coro que ofrece un programa de primera parte polifonía: motetes, corales, algo del renacimiento etc y una seguna parte de folklore (vasco y universal, se suele decir). Público: En número, menos que los intérpretes. En condición, la mayoría familiares de los intérpretes (es la tercera vez que oyen el mismo programa).
Esta es la radiografía de la inmensa mayoría de los conciertos que se ofrecen, al menos en lo que conozco en la zona del País Vasco. Creo que estamos saturados de escuchar el mismo tipo de concierto, con coros muy parecidos, interpretando generalmente las mismas obras, los mismos autores y en muchas ocasiones compartiendo cantantes (hay ya todo un catálogo de cantantes multiempleados).
Y cada vez menos público en los conciertos.