Esta es la quinta vez que vengo a Tokio, pero tengo que reconocer que, hasta esta ocasión, no lo conocía bien. Con la preocupación de los conciertos, etc., apenas conocía las zonas de Ikebukuro, y poco más.
Esta vez, con Laura, nos hemos pateado barrio por barrio (los principales), buscando el espíritu de cada uno.
Tokio es una exaltación del comercio y la restauración. La de tiendas y grandes almacenes que hay, y sobre todo, la de restasurantes de todo tipo… Es increible.
Todo con muchísima limpieza, y con gran respeto al ajeno.